Etiquetas

, , , , , , , , ,

Tetuan-Arco de la juderia1860

65
EL MOSTADÍ

Media noche ya es pasada,
los gallos quieren cantar,
cuando el Mostadí partiera
de Tánger a Tetuán.
Tres naciones con él trae
todas son a su mandar:
de arabí y rifiyí,
bárbaros no hay que contar,
con trescientos mil negritos,
que más no pudo llevar,
vestidos a la turquía,
relumbran como cristal.
Abastados van del vino,
abastados van del pan
y abastados de agua dulce,
por no beber de la mar.
Cargara los mil navíos
de pelotas de alquitrán.
Después que desembarcaron,
se allegan a la ciudad.
Las cercas tiene de acero,
de azófar la otra mitad.
Siete veces la rodean,
no hallan por dónde entrar,
a la vuelta de las ocho,
vieron un portillo real.
Allí estaba un viejecito,
regidor de la ciudad.
Tomó tinta y papel,
un billete fue a mandar,
a mano del Hach Etmín,
alcaide de la ciudad:
—Si la ciudad tú me dieres,
darte he yo tu libertad;
si la ciudad no me dieres,
yo te mandaré matar.—
La respuesta que le diera,
que no se la quiere dar:
—Vuélvete tú, el Mostadí,
vuélvete a tu ciudad,
que una ciudad como ésta
no la puedes alcanzar.
Siete ríos la rodean
y el octavo es la mar;
las cercas tiene de acero,
de azófar la otra mitad,
las puertas tiene de pino,
clavos a la cristiandad,
a Tetuán, la honrada,
nadie la puede ganar;
ve a pelear con tu hermano,
demuestra tu hombredad.—
Mandara a los cañoneros
que empiecen a bombear
y mandó llenar las bombas
de alcrebite y alquitrán,
encima de todo eso
pólvora para más mal.
El lunes por la mañana
empezara a bombear.
Ya caían los mancebos
como rayos en la mar:
ya caían las preñadas
como nueces en costal;
ya caían las doncellas
como peras del peral;
ya caían criaturas
como racimos a par.
—No sigáis más, Mostadí,
no sigáis el bombear,
que, si un hora más seguís,
la ciudad váis a asolar.—
El martes, de mañanita,
Mostadí entró en la ciudad.

Este romance histórico, referente a un suceso que, a lo que parece, hay que situar en el siglo XVIII, sólo se canta en las comunidades sefardíes de Marruecos y sólo dentro de ellas pudo ser creado (ya que la población musulmana no era hispano-hablante). Maravilla la perfecta fidelidad que en él se manifiesta al «lenguaje» del romancero tradicional, a su poética y recursos figurativos. La hora en que parte el ejército del Mostadí y la descripción de sus gentes y pertrechos se expresan mediante fórmulas poéticas en todo concordes con las del romancero de viejo abolengo. Lo mismo ocurre al describir la fortaleza de la ciudad y su inaccesibilidad y el preciso momento y la forma en que se entra en contacto con los sitiados para intentar su rendición sin combate. Quizá nunca con anterioridad el romancero haya tenido que describir el bombardeo de una ciudad, y, sin embargo, los cantores de nuestro romance han sabido hacerlo con los recursos descriptivos y dramatizadores típicos del romancero, visualizando con gran plasticidad la matanza. En las comparaciones que en el romance se utilizan para describir los efectos de las bombas en la población civil, todas ellas basadas en la observación de la Naturaleza, resuena la memoria de siglos de poesía romancística. En el viejísimo romance épico, de tema rolandiano, sobre la «Fuga del rey Marsín», publicado en el siglo XVI, se describía ya cómo el héroe

Assí se entra por los moros
como segador por pan,
assí derriba cabeças
como peras d’un peral;

y, cuatro siglos más tarde, el sobrino vengador de «El conde Grifos Lombardo», llamado don Golfo (del gótico ‘Wulf’), según una versión por mí oída en 1948, en Potes (Cantabria), realiza una matanza, entre los condes y caballeros que han venido a ver ahorcar infamantemente a su tío, descrita de forma semejante:

Se iba metiendo por ellos
como segador por prado,
iba cortando cabezas
como manzanas en árbol.

«Como peras de un peral», «como manzanas en árbol», «como nueces en costal», «como racimos a par», «como rayos en la mar», «como segador por pan», «como segador por prado», son imágenes comparativas paralelas a múltiples otros recursos de la lengua poética del Romancero tradicional mediante los cuales los sucesos relatados se representan en un escenario virtual de forma que el auditorio los reviva dramáticamente como ocurriendo en su presencia. Los trasmisores de romances de todos los tiempos dominan ese lenguaje y sus técnicas poéticas como cualquier poeta del Renacimiento la herencia de sus antecesores.
Aunque de difusión tan limitada (sólo conozco versiones de Tánger y Tetuán y un fragmento de Alcazarquivir), es muy notable la existencia de dos desenlaces, perfectamente adscritos a las dos ciudades que en el romance se hallan enfrentadas. El que he aceptado en mi versión antológica es el cantado en Tánger; el que se canta en «Tetuán, la honrada» no acepta, en cambio que la ciudad pueda rendirse:

El lunes por la mañana
alzó y se fue a su ciudad.
La gente que le veía
le pregunta la verdad:
—¿Por qué vuelves, Mostadí,
por qué te vuelves atrás?
—Porque Tetuán, la honrada,
nadie la puede ganar,
las puertas tiene de pino,
no tiene por dónde entrar.

Un tercer desenlace, muy particular, aparece en una versión manuscrita de 1932, bajo el título, «Cantar de la guerra antigua» (ms. Almoznino), donde, tras el primer día de bombardeo, en vez de elaborar la descripción de la matanza de los habitantes, se cuenta la represión que sobre los hacendados judíos, ejercen, al parecer como represalia, las autoridades de la ciudad sitiada y bombardeada, y la reacción de las familias afectadas:

Los ricos de Tetuán
los mandara a encarcelar:
Samuel Hadida, Judá Benguigui,
Jacob Bachilón, para más mal.
Sete, la de Barchilón,
preñada subió al mechuar;
Masiba, la de Benguigui,
las esnogas fue a encender;
Merima, la de Hadida,
por Camila fue a mandar.
Camila canta las coplas;
Merima negras guayas fue a armar;
Cete, la de Barchilón,
ya se subiera al mechuar,
con un bolsón de dinero,
se tiró a pies de Hach-hach:
«Que lo haga por Rabí,
que es hija del gran Hassán».
Ellos en estas palabras,
Rebí Vidal subió al mechuar,
y Hach-hach, como le vido,
su reza a sus pies fue a echar:
—¿Qué demandas tú, el Hazán,
que presto a ti te se hará?
—Vengo a hablar por mis tres hijos,
son mis hijos caronal.
—Vaite, vete tú, el Hazán,
vete tú a tu melah,
mañana por la mañana
yo les doy la libertad.—
Con sonajas y aguales,
violín tras de ellos van;

y nada se cuenta respecto al ejército sitiador. Este relato substituto no me parece que pertenezca a la estructura original del romance, por más que proporcione «noticia» de cómo el rabino Vidal logra la libertad de los judíos ricos de Tetuán, apresados por el destinatario del «billete» amenazador, «Hach Tajén» o «Tahén» (que en ésta y alguna otra versión tetuaní reemplaza a Hach Etién). Parece más bien un injerto en la historia de la venida del Mostadí sobre Tetuán.

Diego Catalán

Grabado de Tetuán, 1860

Publicado el 23/11/2007 16:24. Archivado en Wayback Machine

 

Romances publicados:

** 1.- La bella en misa

** 2.- La muerte ocultada

** 3.- El caballero burlado

** 4.- La infantina

** 5.- El prisionero

** 6.- Espinelo

** 7.- Ogier y Roldán

** 8.- El moro Búcar ante Valencia

** 9.- Muerte del duque de Gandía

**10.- Muerte del Maestre de Santiago

**11.- La merienda del moro Zaide

**12.- Cercada está Santa Fe

**13.- Por la ribera del Turia

**14.- El enamorado y la muerte

**15.- El rey Rodrigo pierde el reino

**16.- Lanzarote y el ciervo de pie blanco

**17.- Gaiferos libera a Melisendra

**18.- Paris y Elena

**19.- Aliarda

**20.- El caballo robado

**21.- El rey chico y la mora cautiva de Antequera

**22.- Durandarte envía su corazón a Belerma

**23.- El infante don García

**24.- Grifos lombardo

**25.- Gerineldo

**26.- La condesita

**27.- La condesa de Castilla traidora

**28.- Nacimiento de Bernardo

**29.- Marquillos

**30.-La vuelta del navegante

**31.- El conde Dirlos

**32.- Penitencia de Rodrigo

**33.- Enamorada de un muerto

**34.- La guarda cuidadosa

**35.- La canción del huérfano

**36.- Flérida y don Duardos

**37.-El desdeño del amor

**38.- Paridlo, infanta, paridlo

**39.- Cómo no cantas, la bella

**40.- Bodas de sangre

**41.- Alabóse el Conde Vélez

**42.- Silvana

**43.- Bernal Francés

**44.-Sacrificio de Isaac

**45.- Nacido nos ha un bailico

**46.- La noble porquera

**47.- La caza de Celinos

**48.- El veneno de Moriana

**49.- Bodas se hacían en Francia

**50.- Don Manuel y el moro Muza

**51.- Don Diego y el moro que retó a Chamartín

**52.- Mientras yo podo las viñas

**53.- La Gallarda matadora de hombres

**54.- El cautivo y el ama buena

**55.- La serrana de la Vera

**56.- El Cid pide parias al moro

**57.- El conde Alemán

**58.- El pajecico sacado del mar

**59.- El infante vengador

**60.- Valdovinos sorprendido en la caza

**61.- Quejas de doña Urraca

**62.- El hijo póstumo

**63:- Una fatal ocasión

**64.- Juan Lorenzo, cuernos de oro

**65.- El Mostadí