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años 1945-1946, Américo Castro, Anibal Otero, Archivo del Romancero, Asturias, Álvaro Galmés, Dámaso Alonso, depuración, dictadura, Diego Catalán, Dirección General de Seguridad (DGS), España, Falange Española, Franco, franquismo, Gatopardo, II guerra mundial, isoglosa, León, Manuel Varela, Olivar de Chamartín, Ramón Menéndez Pidal
VI. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL CONFINADOS EN SU CASA
3. Una nueva generación de romancistas toma el relevo, 1945-1946
Por los años en que el Romancero dormitaba en sus cajones de Chamartín, empecé yo mi carrera universitaria (1944). Las secuelas de la emigración de buena parte de la intelectualidad universitaria republicana, de las depuraciones y del arribismo, eran patentes. En los primeros años de Universidad sólo un par de profesores me proporcionaron algunos conocimientos de interés. Fuera de las aulas, el Sindicato Español Universitario seguía aún repitiendo consignas «intelectuales», a lo Millán Astray, sobre la superioridad, respecto a la razón, de la «dialéctica de las pistolas» y en la Facultad de Filosofía y Letras podía ser objeto de discusión asamblearia la conveniencia de restaurar la Santa Inquisición que en el Siglo de Oro vertebró a la Nación Española.