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Gatopardo, Literatura catalana, literatura española, Lorenzo Villalonga, Mallorca, siglo XX
«Aquel día Obdulia Montcada, viuda de Bearn, comprendió que se moría. Conservaba a los ochenta y cuatro años la misma inteligencia clara y escasísima que a los veinticinco años».
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«Al Círculo no va más que gentuza, habéis perdido la idea de las clases. El confesor me decía que tanto podía valer una críada como una señora. No digo que al cielo no podamos ir todos, ya lo veremos, pero en el Círculo no deberían admitir más que a personas decentes».
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«En todas las geografías que he consultado —dice George Sand—, he hallado la siguiente indicación: «Los mallorquines son muy afables». Ya se sabe, comenta la escritora, «que la raza humana se divide en dos categorías: los antropófagos y los que son muy afables».
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