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año 2005, Antonio García Muñoz, crítica acompasada, Gatopardo, hemeroteca 2005, Javier Marías, Manuel García Viñó
Antonio García Muñoz. Octubre, 2005
Leo el apabullante documento de Manuel García-Viñó denunciando las incorrecciones gramaticales de Javier Marías. El informe destila odio hacia el triunfante escritor, pero al mismo tiempo demuestra que su investigador le ha echado horas a la lectura con lupa de cada uno de sus libros. Un admirador inverso, de los que tantos tenemos en España. Los errores son de todo tipo, desde anacolutos hasta uso inexacto de vocablos, desde reiteraciones hasta frases incomprensibles. Leídos así, uno tras otro –Viñó entresaca mas de un centenar– producen vértigo y alguna que otra risa, pues la verdad que en algunos casos se trata de auténticas burradas. Y ante ninguno de ellos –salvo las voluntarias reiteraciones léxicas– cabe decir que se trate de opciones estilísticas pues tal como aparecen son verdaderos atentados contra la lengua. Si acaso, para amortiguar tanta burricie, podríamos decir que las frases están fuera de contexto, pero ni así. Viñó denuncia el caso Marías como una estafa y acusa a los medios críticos, universitarios y académicos por haber alzado a los altares a un escritor que es incapaz de juntar las palabras con corrección. Pienso que algún motivo oscuro, quizá la envidia, ha debido mover al denunciante, un escritor profesional sin éxito y un excelente lector, según demuestra.