Etiquetas
antropología, Gatopardo, memorias apócrifas, Sicilia, u crasticeddru
«Quannu unu è nn’abballu a ballari.»
El paisaje y el clima acompañan, y son como el alma de los sicilianos, extremos e inescrutables.
Las madres destetan a los nenes con la frase: «Nadie te dará nada«; y para las rabietas con el biberón: «Nadie te va a compadecer: se alegrarán...» Cuando su nene cede un juguete a su amiguito, le advertirá: «¡Serás tonto! ¿qué ganas con eso? ¡No te lo va a agradecer!»
El niño que ha obtenido el juguete, si va a ser un siciliano con futuro, sonríe malévolo y corea:
– «¡Serás tonto!”
En Sicilia a veces cambia el gobierno, porque con refinadas concesiones al más tontiastuto de cada partido minoritario, se logra un “pentapartito”. Lo importante es birlarle la victoria al que no supo conspirar. Pero una vez en el poder, las zancadillas y la incapacidad de colaborar lealmente, facilitan el triunfo a un candidato que tendrá de contar, ineludiblemente, con los tontiastutos de los partidos minoritarios para gobernar.