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escriva3(1)

»Tampoco se suelen airear, al menos en estos últimos años, centros tales como los de enseñanza de «hogar y cultura» como los que la sección femenina del Opus Dei tiene establecidos en varios países. El paradigma de estos centros es el llamado Los Tilos, fundado en Madrid hace ya años, de donde es fama que salen las mejores «empleadas del hogar» que puedan encontrarse en España, eufemismo este de particular invención de la Obra.

»Los Tilos y otras escuelas han constituido no sólo un excelente negocio que podríamos denominar de «agencia de colocación perfeccionada», sino también un sistema para meter numerarias del Opus Dei en las casas de la clase dirigente española. Hace unos años, todo el servicio de la nunciatura apostólica de Madrid estaba compuesto por personas procedentes de Los Tilos y otras escuelas, hasta el punto de que el entonces nuncio, monseñor Riberi, cuyo enfrentamiento con el Opus hizo época, afirmaba que se sentía rigurosamente vigilado y que no podía hacer ni decir nada sin que el Opus se enterara. El hecho de que todo el personal de servicio fuese del Opus Dei hizo surgir el chiste de llamar a la casa del nuncio, la «Nunciatura Opustólica»…

»Actualmente, las mujeres miembros del Opus Dei que se dedican al servicio doméstico en el centro de la Obra se llaman «numerarias auxiliares». Según testimonio de personas que tuvieron con el fundador un trato continuo, el Padre solía llamarlas «sirvientas». En vida del fundador, y no me consta que esta situación haya variado en nuestros días, las «sirvientas» eran objeto de una serie de discriminaciones. Toda su ropa estaba marcada con la palabra «servicio» y comían con cubiertos de aluminio, y no de plata o alpaca como los demás numerarios. A las que eran analfabetas no se las enseñaba a leer y escribir. Y no por simple descuido o inadvertencia sino porque así se cumplía el principio fundamental del Opus Dei según el cual cada persona debe permanecer en el sitio que Dios le ha asignado y santificar su trabajo. Manteniéndolas en el analfabetismo, estas mujeres seguirían siendo «sirvientas». Las «numerarias auxiliares» tenían que salir a la calle vestidas de uniforme y Monseñor se enfurecía si alguna directora disponía lo contrario. Cuando recibían visitas de sus familiares, éstos no tenían el derecho de sentarse en sillas sino que se colocaban bancos en la sala de visitas para marcar la distancia con los familiares de las otras numerarias.

»Una persona que fue directora de la casa de la sección femenina en la calle Zurbarán de Madrid me explicó que, cuando Monseñor visitó esta casa, dispuso que las sirvientas plancharan la ropa al aire libre, en el patio, incluso durante el invierno. La directora se opuso a ello y entonces Escrivá se enfureció y le dijo: «Si tienes piedad con el servicio te quito de directora». Y añadió: «Las sirvientas son sirvientas porque son torpes. Sí no, serían catedráticas».

Fragmento del capítulo EL SECRETO Y LOS ESCAPARATES, del libro «VIDA Y MILAGROS DE MONSEÑOR ESCRIVÁ, FUNDADOR DEL OPUS DEI».pdf

Foto promocional del fundador de la secta Opus dei, con su artístico caracolillo en el flequillo ladeado, rodeado de mujeres como Dios manda. Autor desconocido.