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discurso, Gatopardo, Gerald Widemann, Julio César, literatura inglesa, Marco Antonio, oratoria, siglo XVI, siglo XVII, William Shakespeare
(Marco Antonio se dirige al pueblo romano congregado en el Foro, llevando en brazos el cadáver de César, apuñalado por los libertadores, encabezados por Casio y Bruto. Los ciudadanos rugen de alegría por la muerte del tirano y abuchean a Marco Antonio, el mejor amigo de Julio César)
Antonio: Amigos, romanos, compatriotas, escuchadme: he venido a enterrar a César, no a ensalzarlo. El mal que hacen los hombres les sobrevive; el bien suele quedar sepultado con sus huesos. Que así ocurra con César
Bruto os ha dicho que César era ambicioso: si lo fue, era la suya una falta grave, y gravemente la ha pagado. Por la benevolencia de Bruto y de los demás, pues Bruto es un hombre de honor, como lo son todos, he venido a hablar en el funeral de César.
Fue mi amigo, fiel y justo conmigo; pero Bruto dice que era ambicioso. Bruto es un hombre honorable. Trajo a Roma muchos prisioneros de guerra, cuyos rescates llenaron el tesoro público. ¿Puede verse en esto la ambición de César? Cuando el pobre lloró, César lo consoló. La ambición suele estar hecha de una aleación más dura. Pero Bruto dice que era ambicioso y Bruto es un hombre de honor.
Todos visteis que, en las Lupercales, le ofrecí tres veces una corona real, y tres veces la rechazó. ¿Eso era ambición? Pero Bruto dice que era ambicioso y es indudable que Bruto es un hombre de honor.
No hablo para desmentir lo que Bruto dijo, sino que estoy aquí para decir lo que sé
Todos le amasteis alguna vez, y no sin razón. ¿Que razón, entonces, os impide ahora hacerle el duelo? ¡Ay, raciocinio te has refugiado entre las bestias, y los hombres han perdido la razón!… Perdonadme. Mi corazón está ahí, en esos despojos fúnebres, con César, y he de detenerme hasta que vuelva en mí…
Primer ciudadano: Creo que hay mucha sabiduría en lo que dice
Segundo ciudadano: Si te paras a pensarlo, César cometió un gran error
Tercer ciudadano: ¿Ah, si? Me temo que alguien peor ocupará su lugar.
Cuarto ciudadano: ¿Le has prestado atención? No creo que él quisiera tomar la corona. Y por lo tanto, no era un ambicioso.
Primer ciudadano: Y si se descubriera que lo fue… algunos lo soportaríamos.
Segundo ciudadano: Pobrecillo, sus ojos están rojos como el fuego de llorar…
Tercer ciudadano: No hay nadie más noble en Roma que Antonio.
Cuarto ciudadano: Préstale atención, que empieza a hablar otra vez.
Antonio: Ayer la palabra de César hubiera prevalecido contra el mundo. Ahora yace ahí y nadie hay lo suficientemente humilde como para reverenciarlo. ¡Oh, señores! Si tuviera el propósito de excitar a vuestras mentes y vuestros corazones al motín y a la cólera, sería injusto con Bruto y con Casio, quienes, como todos sabéis, son hombres de honor. No quiero ser injusto con ellos. Prefiero serlo con el muerto, conmigo y con vosotros, antes que con esos hombres tan honorables!
Pero aquí hay un pergamino con el sello de César. Lo encontré en su gabinete. Es su testamento. Si se hiciera público este testamento que, perdonadme, no tengo intención de leer, irían a besar las heridas de César muerto y a empapar sus pañuelos en su sagrada sangre. Sí. Suplicarían un cabello suyo como reliquia, y al morir lo mencionarían en su testamento, como un rico legado a su posteridad!
Cuarto ciudadano: Queremos escuchar el testamento. Léelo, Marco Antonio
Todos los ciudadanos: ¡El testamento!. ¡El testamento! Queremos escuchar el testamento del César.
Antonio: Tened paciencia, amigos. No debo leerlo. No es conveniente que sepáis hasta que extremo os amó César. No estáis hechos de madera, no estáis hechos de piedra, sois hombres, y, como hombres, si oís el testamento de César os vais a enfurecer, os vais a volver locos. No es bueno que sepáis que sois sus herederos, pues si lo supierais, podría ocurrir cualquier cosa.
Cuarto ciudadano: Lee el testamento. Queremos escucharlo, Antonio: debes leernos el testamento, el testamento de Cesar.
Antonio: ¿Queréis tener paciencia? ¿Queréis esperar un momento? He ido demasiado lejos en deciros esto. Temo agraviar a los honorables hombres cuyos puñales traspasaron a César. ¡Lo temo!
Cuarto ciudadano: ¡Esos hombres honorables son unos traidores!
Todos los ciudadanos:¡El testamento! ¡El testamento!
Segundo ciudadano: ¡Son unos miserables asesinos! ¡El testamento! ¡Lee el testamento!
Antonio: ¿Me obligáis a que lea el testamento? En ese caso, formad círculo en torno al cadáver de César, y dejadme mostraros al que hizo el testamento. ¿Bajo? ¿Me dais vuestro permiso?
Todos los ciudadanos: ¡Baja!
Segundo ciudadano: ¡Baja!
Tercer ciudadano: ¡Tienes permiso!
Cuarto ciudadano: Acercaos, haced un círculo.
Primer ciudadano: Haced sitio al cadáver.
Segundo ciudadano: Haced sitio al noble Antonio.
Antonio: ¡No me empujéis! ¡Alejaos!
Todos: ¡Atrás, atrás!
Antonio: Si tenéis lágrimas, preparaos a derramarlas. Todos conocéis este manto. Recuerdo la primera vez que César se lo puso. Era una tarde de verano, en su tienda, el día que venció a los nervos. ¡Mirad: por aquí penetró el puñal de Casio! ¡Ved que brecha abrió el envidioso Casca! ¡Por esta otra le apuñaló su muy amado Bruto! Y al retirar su maldito acero, observad como la sangre de César lo siguió, como si abriera de par en par para cerciorarse si Bruto, malignamente, la hubiera llamado. Porque Bruto, como sabéis, era el ángel de César. ¡Juzgad, oh dioses, con que ternura le amaba César! ¡Ese fue el golpe más cruel de todos, porque cuando el noble César vio que él lo apuñalaba, la ingratitud, más fuerte que las armas de los traidores, lo aniquiló completamente. Entonces estalló su poderoso corazón, y, cubriéndose el rostro con el manto, el gran César cayó a los pies de la estatua de Pompeyo, al pie de la cual se desangró… ¡Oh qué funesta caída, conciudadanos! En aquel momento, yo, y vosotros, y todos, caímos, mientras la sangrienta traición nos sumergía. Ahora lloráis, y me doy cuenta que empezáis a sentir piedad. Esas lágrimas son generosas. Almas compasivas: ¿por qué lloráis, si sólo habéis visto la desgarrada túnica de César?
Mirad aquí. Aquí está, desfigurado, como veis, por los traidores.
Primer ciudadano: ¡Penoso espectáculo!
Segundo ciudadano: ¡Ay, noble César!
Tercer ciudadano: ¡Funesto día!
Cuarto ciudadano: ¡Traidores! ¡Miserables!
Primer ciudadano: ¡Sangrienta visión!
Segundo ciudadano: ¡Queremos venganza!
Todos: ¡Venganza! ¡Juntos! Perseguidlos, quemadlos, matadlos, degolladlos, no dejéis un traidor vivo!
Antonio: ¡Conteneos, ciudadanos!
Primer ciudadano: ¡Calma! ¡Escuchemos al noble Antonio!
Segundo ciudadano: Lo escucharemos, lo seguiremos y moriremos por él
Antonio: Amigos, queridos amigos: que no sea yo quien os empuje al motín. Los que han consumado esta acción son hombres dignos. Desconozco qué secretos agravios tenían para hacer lo que hicieron. Ellos son sabios y honorables, y no dudo que os darán razones. No he venido, amigos, a excitar vuestras pasiones. Yo no soy orador como Bruto, sino, como todos sabéis, un hombre franco y sencillo, que quería a mi amigo, y eso lo saben muy bien los que me permitieron hablar de él en público. Porque no tengo ni talento, ni elocuencia, ni mérito, ni estilo, ni ademanes, ni el poder de la oratoria para enardecer la sangre de los hombres. Hablo llanamente y sólo digo lo que vosotros mismos sabéis. Os muestro las heridas del amado César, pobres, pobres bocas mudas, y les pido que ellas hablen por mí. Pues si yo fuera Bruto, y Bruto Antonio, ese Antonio exasperaría vuestras almas y pondría una lengua en cada herida de César capaz de conmover y amotinar los cimientos de Roma.
Todos: Nos amotinaremos.
Primer ciudadano: ¡Quemaremos la casa de Bruto!
Tercer ciudadano: ¡Vamos, pues, persigamos a los conspiradores!
Antonio: Escuchadme, ciudadanos. Escuchadme lo que tengo que decir.
Todos: ¡Alto! Escuchemos al noble Antonio.
Antonio: ¡Pero, amigos, no sabéis lo que vais a hacer! ¿Qué ha hecho César para merecer vuestro afecto? No lo sabéis. Yo os lo diré. Habéis olvidado el testamento de que os hablé.
Todos: ¡Es verdad, el testamento! Esperemos a oír el testamento.
Antonio: Aquí está, con el sello de César. A todos y cada uno de los ciudadanos de Roma, lega setenta y cinco dracmas.
Ciudadano segundo: ¡Noble César! ¡Vengaremos su muerte!
Tercer ciudadano: ¡Oh, magnánimo César!
Antonio: Tened paciencia y escuchadme:
Todos: ¡Alto!
Antonio: Lega, además, todos sus paseos, sus quintas particulares y sus jardines, recién plantados a este lado del Tíber. Los deja a perpetuidad a vosotros y a vuestros herederos, como parques públicos, para que os paseéis y recreéis.
¡Éste sí que era un César! ¿Cuando tendréis otro como él?
William Shakespeare (1564-1616) The Tragedie of Iulius Cæsar
Traducción: Gerald Widemann
Autor foto de portada: John Swope (Marlon Brando como Marco Antonio en «Julio César» de Joseph Leo Mankiewicz, año 1953)
Original en inglés, (fragmento traducido págs. 3-7) : The Tragedy of Julius Caesar: Act III, Scene 2. The Forum.pdf
Comentarios
Autor: A.Axdiri
Fecha: 21/04/2006 02:44.
Autor: LeeTamargo
SALUDÁNDOTE: LeeTamargo.-
Fecha: 21/04/2006 08:26.
Autor: puagh
Si existe una personalidad apasionante en la antigüedad, pocos pueden negar que ésta sea la Cayo Julio César.
En el foro, imagino que fue Augusto, se construyó un templo dedicado a él. Hoy día, no se puede decir que sea uno de los edificios más bellos ni de los mejor conservados de Roma. Pero siempre me ha llamado la atención que manos desconocidas, cuando los idus de marzo se aproximan, dejan flores todavía en su memoria.
Fecha: 21/04/2006 08:59.
Autor: pau
Inteligente y fiel amigo.
Por él, la República no pudo resurgir y nació el Imperio.
Lo bueno de Shakespeare es que siempre deja la puerta abierta a la libre opinión, a la posibilidad de ver las cosas con distintos ojos.
Un abrazo.
Fecha: 21/04/2006 10:55.
Autor: alimaña news (redactor-jefe) a Lee Tamargo
Fecha: 21/04/2006 23:35.
Autor: Elena
Fecha: 22/04/2006 00:16.
Autor: LeeTamargo
Me temo que se confunde usted o que desconoce la historia (que todo puede ser), dicho sea con respeto…
LeeTamargo.-
Fecha: 22/04/2006 17:04.
Autor: Gatopardo
Pero seguramente será una idea que me he hecho con más base literaria que histórica.
Cuéntamelo, Luis, por favor, que tengo mis libros en cajas.
Un abrazo para todos.
Fecha: 22/04/2006 18:03.
Autor: alimaña news (redactor-jefe) a Lee Tamargo
Fecha: 22/04/2006 21:24.
Autor: Gatopardo
Y la pagamos nosotros, ¿verdad?
Ea, pues que sean trillizos esta vez. Y no corras, que es peor.
Fecha: 22/04/2006 23:51.
Autor: LeeTamargo
César derrotó a Pompeyo en Egipto. Allí conoció a Cleoptara y mantuvo una relación amorosa con ella de la que nació Cesarión, que enseguida su madre asoció al trono, es decir, de recién nacido.
Los enemigos de César, Bruto entre ellos, aprovecharon este hecho en su contra. El discurso que recoges tiene lugar cuando Marco Antonio, fiel amigo de Julio César, arenga al foro para defender y ensalzar los valores de su difunto amigo.
UN SALUDO, GATOPARDO:
LeeTamargo.-
Fecha: 23/04/2006 07:01.
Autor: Gatopardo
Pero ya te digo que tiro de recueros viejos y de conclusiones, tal vez literarias y no históricas.
Un abrazo, Tamargo, y gracias por tus explicaciones
Fecha: 23/04/2006 10:46.
Autor: alimaña news (redactor-jefe) a Lee Tamargo
1. Tenga a bien facilitarnos las fuentes historiográficas en las que se apoyan sus memeces y no hable de dar «lecciones de historia documentada» cuando sus conocimientos se apoyan en «una de romanos» donde salía Liz Taylor, que estaba de toma pan y moja.
2. No se puede afirmar que Cesarión fuera hijo de César. Plutarco lo afirma, pero Suetonio lo niega. En Divvus Iulius,52 dice: » …denique accitam in urbem non nisi maximos honoribus praemiisque auctam remisit filiumque natum appellare nomine suo passus est» Confío en que su eminencia gris entienda el valor de «passus est». La identidad del padre de Cesarión era, en vida de César, cuestión muy debatida:
«Quem quidem nonnulli Graecorum similem quoque Caesari et forma et incessu traditerunt. M. Antonius adgnitum etiam ab eo senatui adfirmauit, quae scire C. Matium et C. Oppium reliquosque Caesaris amicos; quorum Caius Oppius, quasi plane defensione ac patrocinio res egeret, librum edidit, non esse Caesaris filium, quem Cleopatra dicat»
(Ibid.,) ¿Le queda claro a su eminencia ?
3. Este Cesarion, tuviera por progenitor a Cesar o a un acemilero, no tiene importancia política ninguna. La que usted se ha inventado, díganos de dónde la ha sacado. ¿En Lucano? ¿Qué texto? Octavio lo degolló, pero también hizo lo mismo con Antonio, hijo de Antonio y Fulvia.
4. Octavio no quería la muerte de Cleopatra:»Cleopatrae, quam seruatam triumpho magnopere cupiebat, etiam psyllos admouit, qui uenenum ac uirus exugerent, quod perisse morsu aspidis putabatur»
Y a los hijos que había tenido con Antonio, lejos de considerarlos pretendientes multiculturales al trono, «non secus ac necessitudine iunctos sibi et conseruauit et mox pro condicione cuiusque sustinuit ac fouit» (Ibid.,) ¿De qué pozo de ignorancia ha sacado usted la hipótesis del heredero que provocaba desvelos en Roma? Diga fuentes.
5. Sobre el consuelo que, siempre según su eminencia, Marco Antonio ofrece a Cleopatra, mire usted lo que dice el mismo Marco Antonio en una carta a Augusto :»Quid te mutauit? quod reginam ineo? uxor mea est. Nunc coepi an abhinc annos nouem? tu deinde solam Drusillam inis? ita ualeas, uti tu, hanc epistulam cum leges, non inieris Tertullam aut Terentillam aut Rufillam aut Saluiam Titinesiam aut omnes. An refert, ubi et in qua arrigas? (Ibiod.,69)
6. Como no tengo tiempo de estar contestando todas las tonterias que a usted le pasen por esa cabeza, le ruego deje en paz a Shakespeare, porque no me voy a pasar otro ratito explicándole que Shakespeare alteró y comprimio el relato de su fuente histórica con fines dramaticos.
¿Vale? que decían los romanos.
Fecha: 23/04/2006 22:56.
Autor: emilio
Fecha: 23/04/2006 23:29.
Autor: asturcon
Fecha: 24/04/2006 17:20.
Autor: ANDRES
Fecha: 19/01/2007 04:32.
Autor: Gatopardo
Fecha: 22/04/2007 23:38.
Autor: Jack5
Gracias Gatopardo
Fecha: 13/03/2008 21:03.
Autor: Guillermo
Fecha: 04/09/2008 15:08.
Autor: Diego J.
Saludos.
Fecha: 03/11/2008 16:38.
Autor: Gatopardo a Guillermo
Gracias anticipadas.
Fecha: 15/01/2009 06:58.
Autor: isabelbarcelo
Fecha: 03/07/2009 14:48.
Autor: Manuel
Quisiera recomendar un texto de Michael Parenti que se encuentra en este enlace: http://www.nodo50.org/rebeldemule/foro/viewtopic.php?f=13&t;=5148
Fecha: 30/07/2009 02:14.
Autor: federico
Fecha: 25/08/2012 22:24.
Autor: ricardo rodríguez miro
Fecha: 06/02/2013 01:08.
Gatopardo dijo:
AVISO: Gatopardo no es un bobo-blog, así es que no tienen cabida los emoticones, ni las onomatopeyas, ni ninguna de esas melonadas dignas de minusválidos mentales.
Si quieren dejar un comentario pueden hacerlo teniendo en cuenta que se supone que somos adultos, somos inteligentes, y respetamos el idioma y la capacidad de expresar opiniones razonadas.
Gracias de antemano.
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Abogado especialista accidente trafico Torrevieja dijo:
Buenas tardes, os ha dicho alguien que vuestro blog puede ser adictiva ? estoy preocupada, desde que os recibo no puedo parar de mirar todas vuestras sugerencias y estoy muy feliz cuando recibo uno más, sois lo mejor en español, me encata vuestra presentación y el curre que hay detrás. Un beso y abrazos, MUCHAS GRACIAS POR VUESTRO TRABAJO, nos alegrais la vida.
Saludos
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Gatopardo dijo:
Señora: se ha equivocado, esta no es la sede de los parroquianos del «Club Amén». Aquí se viene a disentir, y no a dar coba.
¿Qué tal la mafia rusa en Torrevieja?
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