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feminismo, Gatopardo, Instituto de la Mujer, justicia, Ministerio de Igualdad, Personal y arbitrario

Lo épico no puede sustentarse con características femeninas. Las mujeres tenemos una especial mala baba para deducir de un síntoma leve una enfermedad de origen medular. El héroe puede demostrarnos que lo es hasta la temeridad, pero un instinto malévolo e innato nos hace encontrar en aquel gesto mezquino de un día, lo realmente veraz, y todo lo demás se convierte a nuestros ojos en un montaje mixtificador, que no nos engaña.